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Emma Sepúlveda: “Mi escritura me lleva, constantemente, de vuelta a Chile”

Reside en Valencia, España, desde 2020 junto a su marido de nacionalidad estadounidense. Hija de padre chileno y madre argentina, a los seis años llegó desde el otro lado de la Cordillera a Chile, donde creció, estudió Historia en la Universidad y donde, además, viven sus mejores amigas.

 Aunque se reconoce como una ciudadana del mundo, tiene a este extenso país del fin del mundo arraigado en el alma, porque "es donde me formé como la mujer que soy. Me siento chilena de alma y corazón. Una parte de mí nunca dejó Chile, pero por las vueltas que da la vida, me fui a Estados Unidos en 1974 y me quedé viviendo ahí por más de 4 décadas", explica y agrega "en ese nuevo país hice estudios de post grado y después de obtener el doctorado dediqué parte de mi vida a la escritura, la enseñanza universitaria, al activismo político y a la lucha por la defensa de los derechos humanos". 

Es autora de más de 30 libros de escritura creativa, crítica literaria, investigación, entre otros, los cuales se encuentran publicados en distintos países del mundo. Hoy, como escritora consagrada nos habla de algunos aspectos de su vida y de su última obra, que ha tenido gran interés en el público chileno y extranjero.

¿Cuál es tu relación con Argentina, tu país natal?
Después de mudarnos a Chile sólo fui de visita para pasar las vacaciones con los abuelos y la familia de mi madre. Argentina, con los años, fue quedando atrás y siguió viva solamente en los recuerdos de infancia. Aunque me encanta y trato de visitar el país cada vez que puedo, siento que es la tierra de mi madre.

¿Cómo nace tu amor por la escritura?
En el colegio Universitario El Salvador, en Santiago, Chile, tuve una profesora de castellano que se llamaba Lidia Cuadra y fue una de las personas que me inspiró a escribir desde muy pequeña. Me hacía escribir poemas como tarea y después con una enorme paciencia me los corregía y me los devolvía para que los siguiera trabajando. Nunca he olvidado la devoción que tenía esa mujer por la enseñanza. Por otro lado, mi madre siempre me animó. De ella aprendí que para escribir hay que leer y heredé su maravilloso don de contar historias y abrir la imaginación para que todo sea posible en la creación.


¿Cómo sientes que ha evolucionado tu escritura?
Mi literatura ha evolucionado y cambiado de rumbo en varias instancias. Empecé escribiendo poesía y el primer libro que publiqué, en España en 1988, fue una colección de poemas escritos en Chile en los años 70. En los años 80 comencé a escribir cuentos de mini ficción y de ahí salté a los ensayos y crónicas. Pasé por la auto ficción y llegué a la ficción. En medio de estos cambios he publicado libros de investigación literaria, antologías y un libro de  cartas. 

La mayoría de tus libros están enfocados en hechos históricos ¿Cómo llegas a esos temas?
Casi todos mis libros están inspirados en la vida de la mujer: su lucha, logros, liderazgo, solidaridad y su inquebrantable fuerza de sobrevivencia.  Varios de mis trabajos están enfocados en hechos históricos y de muchas maneras mi escritura me lleva constantemente de vuelta a Chile, a las memorias que llevo siempre conmigo.

 Tu último libro “Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa” ha tenido muy buena recepción en Chile ¿Cómo le ha ido en otros países?
La novela fue publicada en España antes que en Chile y le ha ido bien porque es una historia que, aunque tiene lugar en Chile, cuenta con ramificaciones en otros lugares del mundo. Es la dolorosa historia de un tipo de campo de concentración en el sur, donde mujeres y niños vivieron privados de su libertad por décadas.

 ¿Qué mensaje le darías a los chilenos que viven en distintas partes del mundo?
No es fácil vivir lejos de la familia, los amigos, el idioma, las costumbres y separada de todo lo que amas de tu país de origen. Pero existe algo enriquecedor también, en sentirse parte del espacio geográfico donde estás viviendo en un momento determinado. Hay que tratar de SER de donde ESTÁS y eso va cambiando con los años.  Les diría que traten de ir por el mundo llevando, en la maleta de los sueños, los mejores recuerdos del pasado y a Chile siempre en un espacio íntimo y sagrado del corazón.

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